Envuelta en tu pálpito
demente
y en tu fuerza viril…,
seré alborada.
Tú serás Víctor
sobre mi piel sudosa
y yo,
derrotada mortal,
que en un sueño de amor
llegó a ser diosa…

Si con tacón te ves más alta con amor propio te verás inmensa. Frida Khalo
Rima de versos
Envuelta en tu pálpito
demente
y en tu fuerza viril…,
seré alborada.
Tú serás Víctor
sobre mi piel sudosa
y yo,
derrotada mortal,
que en un sueño de amor
llegó a ser diosa…
Arrullado
entre las lomas
de mi pecho
con los techos del alba
te haré un cielo
y te vestiré de humedades
en penumbras
deleitándome en lo eterno
del desvelo.
Camino a ciegas
en el laberinto del deseo.
Donde la locura por tenerte
me ha hecho su habitante.
Me sentiré triunfante
el día que me encuentre
entre la piel desnuda de tu
abrazo palpitante.
A veces siento en mi alma
un jardín florecido,
una noche de estrellas,
un calor sin abrigo.
La más pura armonía
entre recuerdos y olvidos
es como un sueño de voz,
poeta, verso y sonido.
A veces en el silencio
me siento en tal libertad,
forjando nuevos surcos,
soy río que va hacia mar.
Soy gaviota de la luna,
soy voz de un nuevo cantar,
soy semilla y cargo el numen
soy flor de un nuevo rosal.
Te siento que estás en mi cuerpo
como espiga que crece hacia el cielo.
Mis aguas se vuelven de mares humedecen el árido suelo.
Y se unen a la boca del río
que golpea la maleza en la arena.
El recurrente vaivén de las olas
enardecen mi cuerpo sirena…
Y desmayo, convirtiéndome en bruma
en marullos de mar, blanca espuma.
Del río al mar, del mar al cielo
pasiones de flor y de hierba.
Pisadas escondidas por la noche
crujen sobre hojas de la historia
y llueve sobre charcos anegados
con la sangre derramada en el pasado.
Rojizo también están los cielos
sus nubes migran al espacio
inalcanzable paz
tu paloma espera
en prisión, que asemeja, un palacio.
Amanece, mas las sombras se han quedado.
Pocas horas alumbra el astro al cabo,
sus destellos alusivos al futuro
se oscurecen en la mente del esclavo.
Fuiste espuma de olas, atrapada en la arena.
Flotando sobre un mar
de sueños en andamios.
Marchaste sobre el llanto fluyendo de mis ojos
con una sonrisa estampada en tus labios.
«No comprendo que tu amor
todavía me duela,
y que mis brazos
se sientan vacíos
al no tenerte»…
Fui una joven gaviota
arriba, en su primer vuelo
y al escuchar tu llamado
me precipité al suelo…
Allí, atrapada
en tus oleajes de miedos
me cegué con tu bruma,
me escurrí entre tus dedos.
Solo un día de ensueños
en el vaivén de las olas.
Las pasiones raídas por el viento, volaban.
Inevitable en la tarde
llegó la agonía,
y el entusiasmo murió
al final de ese día.
La noche llegó, oscura y sombría.
Preludio del claro
resplandor de la aurora.
Que irradió en mis ojos,
disipó mi letargo
y en mis labios gusté
tu sabor dulce amargo.
Hoy soy ave sin vuelo,
derribada, tendida
bajo un cielo azul, de anhelos sin mañana…
Sin nido,
abandonada en la playa
perdida,
sumergida en la pena de este triste quebranto…
¡O quizás soy lamento de un ave sin canto!
Versos de piel y de notas
río de agua roja
¡que se caen la estrellas
y se apresuran las sombras!
Abre tus ojos de luces
quiero disfrutar gitana
de tu música y canciones
en tu sola carcajada.
Adorna mi cabellera
de amapolas y alhelíes
pintaré el cielo de azul
pa’ que florescan mis jardines.
Adereza con tus labios
y las rimas de tu boca
a éste antiguo corazón
que sin versos se sofoca.
Este cielo estrellado
soy yo, y eres tú.
Aquí habita
la humanidad
al desnudo,
emitiendo su luz.
La verdadera desnudez
de la energía del ser.
Pintados de estrellas
nos consume el cosmos
solo para renacer
en otro cuerpo celeste
mucho más brillante.
Mi corazón es de sol
y mi esencia un espacio,
que flota
en un enorme vacío.
Enfrenté de la noche un manto negro
profundo abismo insondable.
Pero tuve una fuerza que invisible
sostuvo mi alma inalterable.
Fue en un punto de duras circunstancias
donde vi, que no hay razón
para el quebranto.
Me hice amiga de las sombras en la noche
canté nanas al invierno encrudezido
sonreí a la muerte, cara a cara
y ella fiel, reaccionó
con solo un guiño.
Tuve luchas con la bruma cotidiana
perdí el compás de mi camino…,
pero el bulto de los años
cada día más pesado
me inspira a seguir como soldado
y no ser pusilánime, postrado.
No importa cuan estrecha sea la puerta,
o cuantos vuelcos tenga mi camino
si soy culpable
si cargo una sentencia
o si es el mar,
el que ruge enfurecido
¡¡¡Voy luchando cada guerra de mi vida
y prosigo adelante a mi destino!!!