Un memorial al amor que perdura a través de las diferentes etapas de la vida...
ÉRAMOS
Éramos golondrinas en nuestro primer vuelo, tanteándo el poder de nuestras niñas alas y fuimos como amantes de sol, volcán de lava, aleando nuestro amor en la expansión del cielo.
Éramos sol de noche, golondrinas del aire. Al horizonte oscuro cubríamos de estrellas. Y fuimos el amor en su forma más bella, caudal de comprensión en su total entrega.
¡Éramos!..., ya no somos impetuoso anhelo mas luceros continúan brillando en las miradas. Nuestro hogar hecho de nubes en el cielo albergan tonos de luz, cada alborada.
A mi isla Puerto Rico Colonia del imperialismo Yankie
Siento vértigo con náusea por mi pueblo, siento pena de su pena y su lamento. Un lamento que me implica en el tormento de poseer un campo de nosotros que es no nuestro. Un tormento que impregnado con su sangre, va acuñado en el centro de su vientre, en sus genes, en sus poros en su herencia majestuosa que enmudece ensimismada y se enrosca en la parte posterior de su alma errada. Un tormento del que no se habla, se respira y que a todos amortaja en su momento. Que dio a luz a los hijos de su tierra y rompió con su grito algún silencio. Y yo escuché llorar al mundo entero por los hijos que parió en su cautiverio.
Mi voz se cubrió de sombras. Mis pasos, cansados de ir. Me he estancado en el silencio sin nada más que decir... ¿Quién ha callado mi voz? ¿Quién silenció mi garganta? ¿Quién ignoró mis preguntas cuando iba camino a casa?
Me inspiró cada canción que se entona en primavera. Melodía hecha ilusión ternura perecedera. Mas buscando por lo eterno juzgué lo fugaz, errado cuando deseé retractarme él, ya, se había marchado.
Nunca pensé que la vida se me fuera en un suspiro Nunca pensé que el amor durara solo un respiro. ¿Quién me ha robado la voz, quién silenció mi garganta? ¿Por qué apresurar mis pasos? Solo voy de camino a casa.
Quise robar la luz de las estrellas para explorar contigo en otros cielos. Y disfrutar el mínimo momento en que tus manos lentamente exploran las sendas de mi cuerpo.
Y tomé prestado el tálamo de tus sueños para crear contigo quimeras endulzadas. Para poder sentir tus labios llenando de besos y ternura el deseo de amor de mi piel desnuda.
Y me vestí la noche para admirar tu luna. Te acaricie pausada de pétalos, ternura. Me rendí a tu mar para saciar tus olas y en tu tiesura de hombre mis besos de amapola.
Dame la virtud de tu mirada lánguida, sutil, azul verdosa. Déjame pintar nuestra alborada volando en alas de una mariposa.
Habla con tu boca mi existencia. No escatimes en verbos, ni deseos. Sostenme fuerte y dame aliento. Déjame sentir tu fuego lentamente... En este abrazo de amor al que me entrego cenicienta «¡calcinada por el músculo del viento!»
Yo, al renacer, fui árbol de diferente semilla y crecí como árbol macho, araizado en arcilla. En mí, no tallaron buques, no serví para cuadernas, y aun el viento de otoño ignoró mis hojas secas.
Fui un árbol que creció torcido doblegado y vencido. Indignado por lo crudo de su injusto destino. Fui tan diferente al resistir los embates pues no tenía cómo o quién, pagara mi rescate.
No crecí en el bosque ni fui leña de fuego. Mi forma no fue amada ni mi belleza un despliego. En la sequía no tuve ni una flor, ni un renuevo no fui hogar de gaviotas ni zorzales del cielo.
Anulada en lo seco del cuarteado terreno. Buscaba por la fuente que aplacara mi celo. Desprendí mis raíces y podando mis ramas sumergí mis angustias en las aguas que sanan.
Al expiar de mi vida el rencor, y el desvelo emergió desde mi alma un fugaz riachuelo. Y en su agua, mi arcilla se volvió en pergamino donde un loco poeta te describe el camino.
¡Oda de amores, frío de otoño!... La noche escribe un verso a su luna, enamorada que en la oscuridad sale a mostrar su rostro hermoso y sobre el vaivén de las olas cabalga en la blanca espuma hasta llegar a la arena y allí se muestra desnuda con esa piel de plata pura y sus lunares de locura.
“¡Que no sepa que escondido entre la bruma he admirado su reflejo en las aguas, cuando bajaba a besarse en furtivas escapadas!”. “¡Que no sepa que en mis sueños también deseé besarla entregándome en sus brazos de olas, de espuma y de plata!"
Ha llorado mi isla lágrimas calladas sus pipiolas flores han sido cortadas. Voces inocentes, almas desgarradas del pecho pueril de mi patria amada.
Y se escucha el grito... ¡Dónde están mis hijos! La gloria en respuesta, entreabre las puertas. Solo queda en mano rezar un rosario y que la promesa, de cielo, sea cierta.
Luciendo un traje de papel crepé ojos empañados tratando de ver miro hacia el ocaso y al verte a mi lado... ¡Descanso !
Extiendo mis alas como golondrina comienzo mi canto, canción vespertina. Amor en mil versos aguas cristalinas... ¡Remanso !
Y te siento cerca, en la misma piel que ya no es tan tersa, es como papel. Esos ojos verdes que tanto he amado los veo rodeados por veredas de años. Caminamos lento pesados, cansados mas es como nuevo este amor de antaño.