En tus ojos se juntan todos mis mares marullos de larga cabelleras y bailan en los paisajes de los ríos con la música del viento en la ladera. En mis ojos destellan las palabras un alear de pájaros cautivos largas notas de canciones inventadas metáforas, verbos y adjetivos.
Ven a beber de estrellas y luceros ven a mojarte en cada estrofa y cada rima. Y verás que los versos que me inspiras son esquemas de las blandas carreteras que te indican que el sendero recorrido son el sueño de amor de mi alma en pena. Por que mi hogar de luces aun te espera ansiando a que me inspires un poema.
Creí morir de amor entre tus brazos aniquilada por tus besos tormentosos Y allí mirando las estrellas devolví al cosmos consternada el gemir de mi voz el calor de la entrega y un rayo de luz en la mirada.
Desafiamos el tiempo y el espacio bajo un cielo de hotel o prado, o casa. Y arañando la vida extasiados no queríamos volver a lo inconcluso o dar la espalda a ese mágico momento cuando saboreamos libertad encarcelados por las rejas de una lumínica experiencia. Pero la lenta lluvia del adiós caía silente sobre el fantasma triste de la ausencia.
Colgando estoy de una rama que no es alta, ni baja. No es tan fuerte que digamos pero me mantiene de pie. Mas da igual, yo, ya no veo. Mis párpados están cansados y camino muy despacio por el peso de mis pies.
Mi pueblo duerme, y yo con ellos, el sueño de la desidia. Manos caídas, hombros pesados corazon congelado por batallón fulminado... Batallón de mentiras y robos, vivimos como Juan Bobo. Batallón de politiquería, gobiernos de porquería. Batallón de criminalidad, "que se joda la humanidad" Drogas para el dolor cápsulas para no pensar comidas que te hacen daño laxantes para ir al baño..., se busca curar el cáncer mas el cáncer social se come la médula de la sociedad y se infiltra invisible adormece la conciencia te consume la razón cagándose en tus valores enferma tu corazón...
¡He de partir, lo sé!... Y las estrellas del cielo a las que tanto he admirado seguirán inspirando versos a poetas alocados. El musgo de mi jardín color oro envejecido será camada a las rosas que ya habrán florecido..., y en el medio del camino un frondoso árbol de pino se elevará majestuoso lleno de aves y nidos. El ruiseñor que visita mi ventana en primavera seguirá entonando notas despertando a otro, a cualquiera...
Mas yo, ¡moriré en invierno!
Del polvo de mis cenizas regado en la cordillera germinará una flor maga decorando mi cabecera... Mas seré cual alma en pena sin estrellas, sin jardín y sin aves que me anuncien cuando llegue primavera.
Yo fui el más pequeño lucero en tu cielo imperceptible lumbre luciérnaga sin vuelo sequía de fontana aridez de un riachuelo reducida pasión minúsculo anhelo.
Sumergido en las aguas de hondas fantasías te fuiste navegando a una extraña bahía. Yo me quedé en el puerto agitando tu pañuelo y en la angustia del adiós lo anudé a mi largo pelo.
Pequeña como fui a tus grandes anhelos no hallaste en tus noches ningún otro lucero ningún sendero cierto, ni la voz de un te quiero ni abrigo, ni hogar ni en tu pasión consuelo.
Hoy que te encuentras solo que yo, ya te he olvidado que cuando pienso en tí apenas me conduelo tu llevas mi recuerdo en tu alma atesorado y yo algunas veces... contemplo tu pañuelo.
Soy mujer, soy un enigma. Poseo el instinto de las hembras y soy fiera. Cargo en mi cuerpo el misterio de la vida y darle sentido a mi aliento eso quisiera. Soy madre de la lluvia y la tormenta y mi voz es relámpago y pasión. En el trueno dejo puntos suspensivos… El instante que he vivido hecho canción. Desde el hueco de mi vientre he lanzado mis semillas cuatro hijos, cien poemas…, mi nación. Y mi tierra se ha hecho fértil desde adentro con mis frutos con mis letras…, mi ilusión.
Un memorial al amor que perdura a través de las diferentes etapas de la vida...
ÉRAMOS
Éramos golondrinas en nuestro primer vuelo, tanteándo el poder de nuestras niñas alas y fuimos como amantes de sol, volcán de lava, aleando nuestro amor en la expansión del cielo.
Éramos sol de noche, golondrinas del aire. Al horizonte oscuro cubríamos de estrellas. Y fuimos el amor en su forma más bella, caudal de comprensión en su total entrega.
¡Éramos!..., ya no somos impetuoso anhelo mas luceros continúan brillando en las miradas. Nuestro hogar hecho de nubes en el cielo albergan tonos de luz, cada alborada.
¡Hombre, te crees potente! Estás vestido de arcilla. Tartamudea la tierra que interrogante te mira. Pintando los días de hastío prometes rescatar el alba mas impones una noche negra por los siglos, de los siglos, larga...,
Y ruegas a lo infinito esperando en lo divino, mientras el mar te devuelve basura y carroña seca. Tus ojos ven con prejuicios tu mente es cerrada esfera, vacía y acolchonada por diferentes banderas. Deseas rescatarlo todo pero al no tener manera continuas edificando sobre montañas de arena.