Llanto de luna caía a caudales. Plateado sollozo sobre madrigales. Reflejo de un rostro, olor de azahares fue noche de pena, poesía y cantares.
Mas con cada gota del llanto caído germinó un árbol que estaba dormido. Creció muy frondoso, se llenó de nidos fue hogar de gaviotas y zorzales marinos.
Amé a ese árbol nacido de penas cambió a pergamino y escribí un poema. Hoy albergo vida, entono cantares