Cuando siento que montas mi cuerpo
como espiga que crece hacia el cielo.
Mis aguas se vuelven de mares que humedecen el árido suelo.
Y se unen a la boca del río
que golpea la maleza en la arena.
El recurrente vaivén de las olas
enardecen mi cuerpo sirena…
Y desmayo, convirtiéndome en bruma
en marullos de mar, blanca espuma.
Del río al mar, del mar al cielo
pasiones de flor y de hierba.