Usted nunca ha parido no conoce el filo del bisturí cortar en su genitalia para que un niño nazca. Ud. no ha sentido ese dolor como río en crecida. Ud. nunca ha bailado en un charco de sangre.
Usted nunca ha pasado una noche intentando dormir con sus adentros torcidos en su vientre. Por favor doctor no meta la mano tan adentro que tengo una niña dormida que desea gritar. Usted y yo, señor, no conocemos el mismo río.