Me habita una niña que ríe y alborota que juega libremente con energía y candor como agua cristalina reboza de pureza esa niña traviesa es voz de lo que soy.
Rebuscando verdades destruyendo paredes en mí, vive una sabia que siempre ha de inquirir. Quiere entenderlo todo y todo lo pregunta se alegra en la justicia y aborrece fingir.
Hay otra, apacible, que edifica remansos reconoce, en la vida, lo importante es vivir. Amando, solo observa acepta sus derrotas y entiende que los cambios de ella, han de surgir...,
y la que está cansada de lo que ha sufrido madura, taciturna, vencida, sin tesón se une a las mujeres que comparten la historia de lo que he vivido, de lo que estoy viviendo