En el fondo del mar tengo dos mundos. Uno que sabe amar y otro que ahoga... Y ambos son mundos míos, allá en el fondo. Mundos, en el mar sumersos Y yo, con ellos.
En uno de ellos cultivo flores. Sobre lomas de arena crece el verdejo... Y este, mi primer mundo lucha y existe y se eleva como isla nueva en un mar espejo.
Mi segundo mundo es complicado. Pues veo en mi reflejo un rostro armado. Sin emoción, curtido indoctrinado... Día a día esperando lo inesperado esperanzada, esperando empedernida, esperando ese amor que emancipa y no esclaviza... Mas la deformidad del odio y sus secuaces llegaron muy puntuales a la cita.