Pulso de vida

Humedecido el árbol seco, revive golpeando a tiempo.
La noche está estrellada por amores inflamada.

Los ojos frente a frente coinciden en las miradas
y deshielan las barreras con tañidos de alborada.

El impulso es feroz y ciega los sentidos y al espacio inunda de ruidos sin palabras…
Se crece la marea, las olas cubren el huerto
en formidable faena de labios, pieles y cuerpos.

Con tiesura se proyecta el brebaje vulnerario.
¡El río en su salida trae deleite en los labios!

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