¡Soy boricua pa’ que tu lo sepas!
Soy mujer puertorriqueña orgullosa de mis raíces ancestrales.
Raíces que entretejieron con genuina artesanía un pueblo engendrado de ritmos y voces, cultura y folklor: de bruma, de olas, de palmas y color.
Un pueblo que ama, que ríe, que baila y se alegra pero que también llora unido en la trágica pena.
Un pueblo valiente que canta su herencia y honra su historia.
Soy mujer puertorriqueña de blanca tez, soy clara como el sol del medio día pero no te equivoques, pues llevo en mis venas; el negro aceituna y el color marrón de mi tierra.
Los risos salvajes en mi cabellera, el color almendra de mis ojos y el grito de guerra en mis labios, me hacen volátil y explosivamente rebelde.
Supe identificar las voces ancestrales llamando mi nombre desde lejanas tierras; a una convocatoria que une a mi isla bajo el clamor de su historia, en la brisa…
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