Pobre flor silvestre
bailaba con el viento
sin voz,
sin canción,
sin verso.
Aroma de pétalos
fragantes y transitorios
marchitos al final del día…,
Su tallo crecía muy alto
su raíz muy profunda
y le apostó a la vida
aferrada a la mentira.
¿Quién brindó sus flores
a la vida,
quién
miró el paisaje
rutinario,
quién sin voz cantó
de primavera?
Quien, con cuatro, pétalos
quiso cambiar el escenario.
