¿En qué momento tornaron tus caricias en cicatrices?
¿Cuándo fue que dolieron todos tus besos?
¿Y tus manos?
Tus manos que llenaban mis vacíos,
En qué momento fueron libres de marcar mi piel llenas de hastío.
Mis pasos se alejan de tus ojos.
Corren despavoridos cual gacela
han sufrido la bestialidad de tu zarpazo
y escucharon del león, su gran rugido.
Y me alejo porque puedo y porque quiero
dejar atrás el dolor inmerecido
y aunque me has lastimado muy profundo, me respeto…
¡Soy mujer!
¡¡¡Madre de los hijos de este mundo!!!
