Fue un golpe funesto el que derribó,
a la tierna niña que se enamoró.
Zapatillas crema, cordones dorados
ceñida con ropa en color morado.
Así se veía, tierna mariposa
inocente y frágil…
¡Confiando!
Fue un espejismo el que capturó
a esa mariposa que de amor murió.
Una falsa rosa de aroma invisible
intención furtiva, sonrisa insensible.
Y penó de noche y lidió de día con alas razgadas
así se veía,
mariposa dócil,
mariposa herida…
¡Dudando!

Mas la mariposa nunca se rindió
se armó de amor propio y rectificó.
Con un nuevo brío renombró el dolor
trasmutando el golpe
se reconstruyó.
Así se veía cuando renacía
y aunque no volaba
caminaba erguida
¡Sin alas!