Me sorprendió la vida prendida en lo más bello de este sentir eterno..., y fui tuya mil veces en un bello romance que despertó mi alma cuando besó mi cuerpo.
Como las hojas secas de un árbol en otoño cayeron las memorias de nuestro jovial amor. Mas hoy miro tu rostro de días ensombrecido que fragmenta mi aliento al recordar el ayer.